
A lo largo de la última semana y media que han durado las Fallas en Alzira, ha quedado claro que sí que se puede conquistar ese espacio público para los peatones, para los usuarios de sillas de ruedas o andadores, para los mayores y para los más pequeños. Las calles se han convertido en espacios seguros para jugar, pasear, correr, charlar, … no sólo para tirar cohetes o lucir el palmito vistiendo la indumentaria tradicional.
Desde el jueves 9 de marzo a las 15h que empezaba el permiso otorgado por el ayuntamiento a dieciséis comisiones falleras hasta el lunes 20 de marzo, el tránsito rodado en Alzira ha quedado reducido a la mínima expresión. Más de diez días con numerosas calles convertidas, de la noche a la mañana, en calles peatonales. En calles en las que se podía bajar de las aceras y caminar por la calzada, sin miedo a ser arrollada por un vehículo a motor circulando a más de 30km/h (a pesar de que Alzira se dice ser “Ciudad 30”, con mucha frecuencia y en muchos lugares ese límite de velocidad no se respeta).
Resulta inevitable que estos cortes de calles y la consiguiente reordenación del tráfico urbano, me recuerden a la propuesta de las “supermanzanas” de la ciudad de Barcelona. El principal objetivo de esta iniciativa es recuperar el espacio que ahora ocupan los vehículos privados para devolvérselo a la ciudadanía, creando espacios públicos más saludables, sin ruidos y sin humos. Espacios en los que se pueda pasear con tranquilidad, lugares con más verde y menos asfalto que favorezcan la interacción social y propicien el juego infantil. No hay más que echar una ojeada al plano elaborado por la Policía Local de Alzira con las ubicaciones de las fallas y las carpas y publicado por el LEVANTE-EMV. En él se puede apreciar que arterias se consideran imprescindibles para el tránsito de vehículos, y cuales no. De hecho, se limitó el tráfico en la Avenida de Luis Suñer, o la calle Benito Pérez Galdós, sin que se haya acabado el mundo, ni hayan colapsado los servicios públicos, ni hayamos llegado a una situación de caos total.
Es innegable que los habitantes del Mediterráneo somos “gent de carrer”. La pandemia y la explosión de participación de estas Fallas y otros eventos socioculturales nos lo viene demostrando. La suavidad de nuestro clima facilita la socialización en los espacios públicos y permite propiciar unas relaciones sociales que son imprescindibles. Ahora se trata de recuperar el ágora, el foro o la plaza. De trasformar las ciudades en espacios más humanos y habitables, devolviendo a las personas el espacio público que la tiranía del vehículo privado nos ha ido arrebatando poco a poco.
La ciudad de Alzira es ideal para crear estos espacios de relación a costa de reducir los espacios de tránsito rodado y aparcamiento. El tamaño de la ciudad permite una movilidad sostenible, a pie, bici o transporte público sin grandes esfuerzos, minimizando el uso del vehículo privado para trayectos urbanos. Esta transformación puede abordarse con distintas estrategias. Una propuesta sería eliminar permanentemente el tránsito rodado en las calles por las que se accede a los centros escolares, puntos de concentración de nuestros pequeños a las horas de entrada y salida, y arterias en contacto directo con los espacios de recreo donde se realizan actividades de deporte, descanso y ocio a lo largo de la jornada escolar.
Otra iniciativa sería limitar sustancialmente el paso de vehículos los sábados y domingos en puntos neurálgicos de la cuidad, siguiendo el ejemplo del ayuntamiento de New York conocido como “la ocupación silenciosa”, cuando, ocupando temporalmente con mobiliario urbano el cruce entre Broadway y la Séptima Avenida, se propició la peatonalización de Times Square, una de las plazas más famosas del mundo.
Finalmente, mi corazón de arquitecta me pide a gritos la supresión del tráfico rodado y todas las plazas de aparcamiento existentes delante del Parc de les Muralles. Alzira posee un patrimonio de la época islámica envidiable y su puesta en valor exige la supresión de todos aquellos elementos que puedan provocar la contaminación visual y medioambiental del mismo.
Arianna Guardiola
Unides Podem Alzira