Conflictos familiares en verano y cómo sobrellevarlos mejor
Comenzó el verano hace unas semanas. Con el llegan las vacaciones, al menos para los niños. Las familias pasan mucho tiempo juntas. Por tanto, se producen más conflictos familiares en verano que en cualquier otra época del año.
Hijos y padres afrontan esta época de manera diferente.
Para los niños las vacaciones de verano significa jugar, divertirse, descansar, viajar; romper con la rutina. Para los padres que trabajan suele ser distinto: ¿Quién puede cuidar de mis hijos mientras trabajo?, ¿les mando a un campamento?, ¿dónde vamos con los niños de vacaciones?, ¿alcanzarán nuestros ahorros para repetir lo que hicimos el año pasado? Son preguntas que suelen ser origen de un conflicto de pareja, caso de que esta esté equilibrada en cuanto a decisiones.
Durante todo el año cada miembro ha tenido su propia rutina. Con la llegada de las vacaciones la ¨normalidad¨ se rompe. Por eso, la época de verano supone un punto de inflexión en la vida familiar. El aumento de tiempo libre y la mayor interacción familiar puede ser fuente de incremento de conflictos.
Gestionar las relaciones de familia en las vacaciones no resulta sencillo, más por la falta de costumbre que por no “querer hacer”. Esta falta de costumbre genera malentendidos y situaciones de tensión que provocan crisis familiares como: conflictos de pareja, con los hijos, y entre hermanos.
Conflictos en la pareja
Con bastante frecuencia las vacaciones suelen aflorar las crisis en familia. Las estadísticas señalan que después de unas vacaciones o de que las parejas tengan la oportunidad de pasar más tiempo juntas, los índices de separación suben al 30% en verano.
Ruptura con la rutina diaria, pasar más horas cerca y en la vivienda habitual, ceder siempre a los deseos del otro, son las más comunes fuentes de conflicto.
Cómo evitar dichos conflictos:
- a) Procurar ser flexibles y ceder. Sin olvidar nuestro propios intereses.
- b) Hablar con la pareja sobre las expectativas que tenemos sobre cómo aprovechar el tiempo libre.
- c) Planificar con tiempo si se va a ir de viaje.
- d) Acordar las responsabilidades respecto al cuidado de los hijos.
- e) Reservar un tiempo para disfrutar ambos. Sin amigos, sin niños, sin familiares…
- f) Asumir que habrá contratiempos en las vacaciones.
Conflictos con los hijos
El deseo de los padres es pasar más tiempo con sus hijos. Las vacaciones nos dan esa oportunidad…, aunque la más científica de las realidades nos indica que, “la falta de costumbre” convierte en un breve espacio de tiempo, ese primer deseo en desgana.
Con las vacaciones se debe aplicar flexibilidad en los horarios y hábitos de los niños, ya que implica un descanso y libertad para ellos; no obstante hemos de mantener unos mínimos en las rutinas y en las normas de convivencia para intentar evitar conflictos continuos y que las vacaciones se conviertan en una pesadilla.
Conflictos entre hermanos
Las peleas entre hermanos son frecuentes e inevitables. En vacaciones se pueden dar más: pasan más tiempo juntos que durante el año, por que cada uno está ocupado en lo ¨suyo¨.
Los adultos debemos actuar sin tomar partido por ninguno de ellos y mediar entre ellos dándoles “herramientas” (si las poseemos) para que solucionen el conflicto.
Sugerencias para mejorar el bienestar familiar
Las actividades típicas de verano, como bañarse en psicina o en la playa, leer, jugar con las vídeoconsolas, en la calle, practicar deporte, ver anochecer o amanacer juntos, visitar museos, asistir a conciertos, dibujar, cocinar… podemos realizar gran variedad de cosas que en el resto del año -las familias ocupadas- no tenemos la suerte de hacer.
Cabe la sugerencia en este artículo de que no por estar con tiempo libre y libertad, se les puede dejar a niños y niñas deambular como criaturas salvajes. Más bien al contrario. Es bueno que haya un protocolo siempre. De lo contrario suceden hechos desagradables que nosotros como padres responsables de nuestros hijos, deberíamos evitar.
Puntos a tener en cuenta para dicha mejora:
- Comparte con tiempo la idea que llevas con los niños respoecto a la actividad, o ausencia de esta, que tienes pensada.
- Avísales sobre el comportamiento necesario que han de tener en las diversas situaciones. Si tú no confías en los beneficios y resultados de la educación, no les exigirásy seréis un estorbo.
- Intentad mantener el horario habitual con un márgen cómodo (hora, hora y media).
- Llega pronto al areopuerto, estación de tren, etc., si vaís a viajar. Con el coche sin prisas.
- No planifiques más de un evento o excursión por día. Más será cansarlos y aburrirlos (de forma general, no la de los tuyos en particular. Siempre hay excepciones).
- Tengamos las expectativas respecto a su edad y género. Pedirles mucho es jugar a la contra.
- Habla con ellos de noche, cuándo buscamos la descomprensión de la actividad, que lean unos minutos…
- Actividades físicas combinadas con otras de índole relajante.
- Ponte en la tesitura que es tiempo de todos para estar en familia. Olvídate un poco de ti.
- Vigila tus conductas delante de ellos. Aspectos tales como beber, fumar, gritar, mostrarse nerviosos o desatenderles en exceso, les provocan comportamientos que tienden a normalizar. Si puedes, evítalo.
Aprovechemos este tiempo de vacaciones para relajarnos, retomar aficiones, quitarnos el estrés, en la medida de lo posible, y disfrutemos de la familia por que…, ahora es el momento.
Ángel J. García
-Graduado en Educación Social y Pedagogía (UNED)
-Máster en Coaching, Inteligencia Emocional, y Programación Neurolingüística (UEMC)
-Máster en Neuropsiología Clínica y Neuropatologías (Universidad Internacional Argentina)
-Técnico Especialista en Psiquiatría (Universidad San Jorge)
-Experto en Diagnóstico y Desarrollo de la Alta Capacidad Intelectual (UNED)
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