Primer la salut, segon l’economia, tercer el que siga / Salvador Peris

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“Cueste lo que cueste y cueste lo que me cueste”

 

Esta frase, dicha por el expresidente Zapatero con ocasión de las medidas a tomar para atajar la crisis de 2008, ha quedado en la memoria colectiva como la máxima expresión de la voluntad de un político de servir a la comunidad que le ha elegido, poner por encima del interés personal lo que entiende es prioritario para dicha comunidad.

 

Viene a cuento mencionar lo anterior a tenor de la actitud que, ante la crisis derivada de la pandemia que estamos sufriendo, han tomado y están tomando los políticos que en la actualidad tienen en su mano tomar las decisiones encaminadas a mitigar las consecuencias, tanto de salud como económicas, de la pandemia.

 

La inconsistencia, la tibieza, el “sálvese quien pueda” ha sido una constante en los últimos dos años,  parece como que se esté pendiente más de las encuestas que de la necesidad de cortar la propagación del virus. Se ha asumido como normal e inevitable las muertes causadas, directa o indirectamente, por la pandemia.

 

El orden de prevalencia de los intereses ha sido:

Primero los políticos, no solo de los que están en el gobierno, tanto a nivel estatal como autonómico, sino también de los que forman la oposición que utilizan la pandemia para desgastar  los respectivos gobiernos.

Segundo los económicos, desde el principio se ha estado navegando entre dar apoyos a las empresas pero quedándose siempre en un “quiero y no puedo”,  procurando seguir manteniendo la actividad de las mismas, cuidando que no repercutiese desastrosamente en el empleo, en lo que hay que reconocer se ha tenido un cierto éxito.

Y en Tercer lugar la salud de los ciudadanos que, sin querer decir que no les ha preocupado, siempre  parece haber quedado a expensas de las anteriores prioridades.

En mi opinión el orden  debería haber sido desde el principio el inverso, primero la salud, luego la economía y en tercer lugar lo que sea.

El otro día oía, a uno de los científicos que opinan en los medios de comunicación, que si nos encontrásemos ante una invasión extraterrestre que amenazase la vida en el planeta no estaríamos actuando con la lasitud actual. Y no solo en España sino en el mundo entero. El que haya países que  ya se plantean la cuarta dosis de la vacuna cuando hay otros en los que apenas han vacunado con la primera, muestra a las claras los intereses  que guían las decisiones a nivel mundial o el hecho de no haber liberalizado las patentes de las vacunas para impulsar la vacunación.

En fin se echa de menos alguien que, con poder de decisión, ponga en práctica aquella frase de Zapatero que da título a esta opinión.

Salvador Peris / Economista