Desde la asociación denunciamos la nula colaboración y predisposición del concejal responsable, Fernando Pascual, para buscar una solución satisfactoria para los gatos.
Desde Lacua, protectora de animales de Alzira y actual gestora del Plan de Control de Colonias felinas de la ciudad, queremos expresar públicamente nuestra preocupación sobre la situación de la colonia felina asentada en la piscina municipal de Alzira.
En primer lugar, creemos fundamental resaltar la inexistente cooperación de Fernando Pascual, concejal de Servicios y Obras públicas y Actividad Deportiva, quien ha manifestado abiertamente la necesidad de deshacerse de los gatos cuanto antes ante la inminente apertura de la piscina la próxima semana, sin atender a ningún tipo de criterio veterinario profesional, sin escuchar la voz de aquellas personas que están dedicando su vida voluntariamente a luchar por la dignificación de las colonias felinas y, por tanto, sin importarle lo más mínimo la vida de los gatos que ahora allí habitan.
El traslado de gatos de una colonia a otra está totalmente desaconsejado, tanto por profesionales veterinarios como por etólogos felinos, así como por todos los planes de control de colonias que aplican el método CER. Su reubicación en otra zona equivale a una condena a muerte casi segura. Estos son algunos motivos:
- Los gatos no son muebles que se puedan trasladar. Tienen sentimientos, tienen patas y, por mucho que a Fernando no le guste, donde viven es lo que consideran su hogar, sea un contenedor de basura o unas instalaciones municipales. Si tratamos de reubicar a un gato, lo primero que hará este al soltarle en la nueva zona será correr descontroladamente por miedo, con peligro de atropello y de provocar accidentes de tráfico.
- Se produce un “efecto vacío”. La reubicación de una colonia en su totalidad provocará la llegada y asentamiento de otros gatos sin esterilizar, repitiendo de nuevo la problemática.
- Los gatos son territoriales. Si no se dispone de un refugio acondicionado para el traslado de gatos donde se pueda realizar una transición adecuada (mantenerlos encerrados durante varios días), el gato intentará retornar, a través del olfato, a su colonia.
Además, desde la asociación sospechamos sobre la posibilidad de que los gatos sean envenenados en las próximas semanas, como al parecer ya ocurrió en años anteriores, donde se encontraron varios cuerpos sin vida de felinos.
La sensibilidad que ha mostrado Fernando Pascual, como representante político de una parte de los ciudadanos Alzireños es indignante y denota una bajeza moral extrema con esta temática, atentando directamente contra los derechos de unos animales que, ya de por sí, están condenados a una muerte prematura por vivir en la calle.
Ante la imposibilidad de poder coordinar una reunión para tratar de llegar a una solución positiva para los animales y el ayuntamiento y con el objetivo de mostrar nuestro total desacuerdo, nos vemos obligados a denunciar públicamente la situación actual. Desde la asociación trataremos de poner todos los medios disponibles para que la vida de estos gatos no se vea perjudicada.
Lacua, protectora de animales de Alzira