Un hombre murió ayer, alrededor de las diez de la noche, en el kilómetro 22 de la CV-500, en el término municipal de Sueca. El peatón fue arrollado por un vehículo, cuyo conductor no se detuvo y se dio a la fuga. El siniestro mortal ocurrió en Les Palmeretes, muy cerca de la antigua discoteca Chocolate, conocida por ser parada obligatoria de la extinta ruta del bakalao.
Al cierre de esta edición, apenas se conocían datos del suceso. Fuentes consultadas por LAS PROVINCIAS añadieron que el cuerpo sin vida del atropellado quedó bajo otro automóvil -se desconoce si este segundo vehículo llegó a impactar con el peatón-. El conductor de este turismo sí se detuvo y avisó a los servicios de Emergencias.
De inmediato, varias patrullas de la Guardia Civil de Tráfico se desplazaron hasta el lugar del suceso. También acudieron agentes especializados en la elaboración de atestados que realizaron una minuciosa inspección en busca de indicios que pudieran aportar algún dato identificativo del vehículo fugado.
Los bomberos esperaban alrededor de las diez de la noche que la juez de guardia autorizara el levantamiento del cadáver para proceder a su liberación de los bajos del automóvil.
El conductor fugado podría ser acusado, de momento, de un delito de omisión del deber de socorro. Si el accidente se hubiera producido por una imprudencia del conductor, la solicitud de pena se situaría entre los seis meses y los cuatro años.
A principios del año pasado un hombre falleció en Valencia cuando fue atropellado en el paseo de la Pechina. El conductor del vehículo, como sucedió ayer, se dio a la fuga nada más producirse los hechos. La víctima, de 72 años cruzaba por un paso de peatones. Cuando los miembros del SAMU llegaron al lugar sólo pudieron confirmar la muerte.
En agosto de 2011, también cerca de una discoteca, un joven mató a Francisco P. A. al embestirlo con su coche en Ribarroja. Además, intentó arrollar a un testigo para posteriormente darse a la fuga con un Seat Ibiza a gran velocidad. Los agentes que acudieron al lugar preguntaron a jóvenes que hacían botellón cerca de la discoteca, quienes aseguraron que una chica gritaba al conductor que parase, pero este siguió.
Unas horas más tarde los dos ocupantes del vehículo eran detenidos en Alzira gracias a los números de matrícula apuntados por los testigos. Durante el juicio, el acusado negó haber visto a la víctima, a la que atropelló tras discutir en el parking de la discoteca. Sí que reconoció que en ese momento iba «muy ciego» tras consumir alcohol y cocaína, así como que hubo «un incidente» porque un grupo de personas se metieron con una amiga suya.
Las Provincias
