Efectos psicológicos de la crisis económica

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Perder el trabajo, perder poder adquisitivo o abandonar actividades de las que antes solíamos disfrutar como ir al gimnasio, salir de cena con amigos o ir de vacaciones son sólo algunas de las consecuencias que la actual crisis económica puede haber provocado en nuestras vidas. Pocas son las personas que pueden decir que esta situación económica no ha alterado su día a día en mayor o menor medida.

Esta nueva realidad, inesperada para la gran mayoría, ha generado alteraciones en los diferentes ámbitos de nuestras vidas. Desde nuevas obligaciones en el trabajo o el hogar, cambios de roles o estilos de vida, alteración en las relaciones de pareja, cambios de horarios o incluso de casa, así como alteraciones en nuestra autoestima y en la confianza que teníamos en nuestra capacidad para enfrentarnos y solucionar los nuevos desafíos.

La pérdida de un trabajo, socialmente aprendido como la principal fuente de refuerzo y autoconcepto, supone un claro descenso de los ingresos económicos de una familia. Aunque a priori es el cambio más temido y significativo, pasar a ser desempleado implica otra serie de cambios, no tan evidentes, que pueden acabar por provocarnos determinados tipos de problemas emocionales. La ansiedad provocada por la pérdida de un trabajo y las perspectivas de encontrar uno nuevo  puede producir cambios en nuestro estado de ánimo y en la percepción de nuestra capacidad y de la realidad que nos rodea

Si esta situación se prolonga, algo que por desgracia es común actualmente, y no se afronta con las habilidades personales adecuadas pueden aparecer pensamientos negativos como no ser capaz de dar solución a la actual situación de desempleo o asumir los cambios en el estatus social y económico. Estos factores pueden acabar provocando problemas emocionales como crisis de ansiedad o episodios depresivos.

De manera particular, en las relaciones de pareja, el compartir un mayor tiempo de convivencia, asumiendo nuevos o diferentes roles (quién compra, quién cuida de los niños, quién realiza las tareas o quién trae el dinero a casa), sumado a los problemas económicos en los que pueda haber derivado la pérdida de ingresos, puede generar problemas de pareja donde antes no los había, siendo necesario mejorar las habilidades comunicativas y las destinadas a la resolución de problemas de manera conjunta, aprendiendo a discriminar qué sensaciones de estrés o ansiedad se generan realmente por nuestra relación de pareja y cuáles por la actual situación económica.

Fomentar una actitud positiva y realista, aprendiendo a valorar la situación en la que estamos inmersos de forma objetiva nos ayudará a encontrar las fórmulas más adecuadas para hacerle frente y alcanzar nuestros objetivos. Una actitud negativa, por el contrario, en la que los pensamientos pesimistas sean la nota dominante, no sólo no nos ayudará a superar nuestras dificultades si no que puede acabar provocando otros nuevos problemas.

El aumentar las actividades positivas que mejoren nuestro estado de ánimo y suplan aquello que hemos perdido por motivos laborales o económicos, mejorar los niveles de comunicación con nuestra pareja así como adquirir ciertas habilidades sociales, de búsqueda activa de empleo o de resolución de problemas será básico para hacer frente a los nuevos retos.

No debemos olvidar que el estado de ánimo es como una balanza, en uno de los platos se sopesan los aspectos negativos del día a día, mientras que en el otro plato están las positivas. Existen valores en ambos platos, en la parte negativa tendríamos la inestabilidad laboral, la hipoteca, las enfermedades propias o de conocidos, los problemas de pareja y todas aquellos aspectos negativos que en un momento u otro de nuestra vida vamos a sufrir. En el plato positivo, también existen valores positivos como los amigos, la familia, nuestras aficiones o buenas noticias recibidas. Mientras exista equilibrio entre los dos lados de la balanza o pese más el plato de los aspectos positivos, nuestro estado de ánimo será fuerte y nuestra visión de la vida positiva, en caso contrario, nos sentiremos decaidos y con faciliad a interpretar las situaciones de manera negativa. Teniendo en cuenta esto no es dificil comprender porque es de suma importancia llenar nuestra vida, nuestro plato positivo, de muchas y variadas cosas que fortalezcan nuestro estado de ánimo ante los aspectos negativos que por si misma tiene la vida. Si nuestra felicidad depende únicamente de los ingresos económicos que genera un trabajo, de nuestra pareja o de los éxitos deportivos de nuestro equipo de futbol favorito, en caso de sufrir un fracaso en este aspecto, desequilibrará nuestro estado de ánimo que será muy dificil de compensar.

La vida es sinónimo de tener problemas y en la medida que sepamos enfrentarnos a ellos, seremos capaces de alcanzar nuestros objetivos. Ser objetivos, mantener una actitud positiva y replantear nuestros objetivos nos ayudará a tomar las decisiones adecuadas para solventar las dificultades, a detectar las habilidades que necesitamos para conseguirlo y a convertir una crisis en una oportunidad.

Si para ello necesitas ayuda…

Joaquín Estrelles Ferrando

www.psiques.es

consulta@psiques.es

1 Comentario

  1. Me gusta como planteas la gestión de un cambio de poder adquisitivo, a mi me reforzó mi relación de pareja, es mas aprendimos que el mundo es nuestro y es gratis, lo malo viene cuando tienes un hijo aun pequeño, con grandes inquietudes en el mundo extra escolar no gratuito, música, rítmica, etc. I se convierten en necesidades. Su educación para mi es algo básico, y respecto a ello tengo el corazón o la cabeza como con carcoma, que en momentos de flaqueza me lleva a pensar en punto cero. que duro. Bueno, que nos lleve a ser más personas.

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