«No estamos contentos con la sentencia, no es la mejor pero es lo que tenemos y no podemos hacer nada». Así de contundente se mostró Domingo Bretones, padre del menor que sufrió abusos sexuales por parte de un fallero de Alzira.
El Tribunal Supremo ha condenado a José Emilio San Francisco a nueve años seis meses y un día de prisión por abusar sexualmente de dos menores de 9 y 12 años de la falla Tulell Avinguda de Alzira, de la que el acusado era el portaestandarte cuando se cometieron los abusos.
Pedíamos el reconocimiento de todos los delitos
Bretones afirmó que «pedíamos el reconocimiento de todos los delitos: violación y agresión sexual, pero sólo se le ha condenado por abusos».
Y es que el Supremo ha dado el visto bueno a la sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia que absolvió a José Emilio San Francisco de los delitos de violación y agresión sexual porque consideró que «no ha quedado probado que en estos casos hubiera violencia ni intimidación», según el auto.
«Hay un informe que dice que los niños dicen la verdad y ellos contaron que había habido fuerza. Para nosotros también ha habido premeditación», recalcó Domingo Bretones.
A pesar de su descontento , el padre del menor manifestó que el «hecho es que va a ir a la cárcel y que está condenado. Se ha hecho justicia, sino del todo, bastante. Vamos a respetar la sentencia».
Con esta sentencia el Supremo ha desestimado los recursos de casación interpuestos, por el propio procesado como por la acusación particular, contra la sentencia de la sección quinta de la Audiencia Provincial de Valencia.
En este fallo se consideraban probados los hechos, por lo que se condenó al imputado que sufre un retraso mental leve por dos delitos continuados de abusos sexuales con la circunstancia atenuante de anomalía psíquica.
Además, de los nueve años y seis meses de cárcel también se le condenó a pagar una indemnización de 60.000 euros a uno de los menores y de 20.000 para el otro. La Audiencia Provincial también le prohibió a José Emilio San Francisco aproximarse al primero a menos de 500 metros durante diez años, y al segundo durante cinco.
El calvario para estas dos familias alcireñas, que están «cansados de esta situación y lo que queremos es pasar página», aseguró Bretones, comenzó hace cuatro años cuando San Francisco «trabó confianza con los dos menores, que en ese momento tenían nueve y doce años, y les propuso que le acompañaran a su casa», según se desprende del auto de procesamiento del Juzgado número 2 de Alzira.
En este documento se explicaba que el hombre de 53 años insistía a los dos menores en que les practicase masturbaciones, tocamientos y felaciones.
C. Cerveró /Las Provincias
Foto: Francisco García
