Con desparpajo lleva la ropa que le regalan. ¡Qué suerte! Le obsequian atuendos a cambio de una simple sonrisa… Es alto y excéntrico. Su forma de vestir no me gusta pero reconozco que sabe como llevar los trapos que se pone. No sé si son caros o baratos dado que no es mi estilo. Que más me da, si se la regalan como si de una estrella mediática se tratase. Pero, ¿qué favores ha ofrecido a cambio de los regalos?
Nuestro hombre se llama Rafael Betoret, ex jefe de gabinete de Turismo y ex jefe de protocolo de la Diputación de Valencia. Hace unos días volvió a convertirse en noticia, ocupo las primeras páginas de los diarios digitales y de papel. Había puesto en práctica una nueva genialidad, un nuevo impacto mediático: presentarse en el Palacio de Justicia de Valencia y entregar al juez la ropa que, en su día, admitió haber recibido de la bautizada como trama Gürtel.
Después de aceptar su pecado, no sé si está arrepentido, el juez lo condenó al pago de una multa de 9.600 euros por un delito de cohecho impropio. El mismo juez le abrió la ventana para que devolviera las prendas. Ni corto ni perezoso, Rafael Betoret descolgó de su armario, un generoso ajuar: once trajes, cuatro americanas, dos abrigos y un pantalón. Todo ello valorado, según se declara probado en la sentencia, en 13.449 euros. Una vez efectuada tan sensible actividad y entre una sonrisa forzada e irónica optó por hacer caso al juez y devolver lo que no era suyo. Si se consideraba inocente. ¿Por qué admite un delito de cohecho?
Me imagino que mientras adelgazaba su armario de prendas no sentía ninguna pena. Tal vez, se dijo asimismo: “¡Qué descanso! ¡Por fin me desprendo de unos trapos desgastados y pasados de moda!”
El ex vicepresidente del Consell Víctor Campos, que también fue condenado a 9.600 euros ha preferido pagar los 5.529 euros que costaban las prendas recibidas. Y lo hizo para evitar el espectáculo de dedicar toda una tarde a enrollar, en bolsas de plástico, todo aquello que aceptó cuando no le correspondía.
Mientras tanto, el día 12 de diciembre arrancará, con jurado popular y presidido el tribunal por el magistrado Juan Climent, el juicio al ex presidente de la Generalitat Francisco Camps y a Ricardo Costa. Ambos, en su momento, no admitieron haber recibido regalos de la mencionada trama Gürtel (dirigida por Francisco Correa, con epicentro en Madrid y poderosos tentáculos en la Comunitat Valenciana). El fiscal pide sean condenados, por los mismos hechos reconocidos por Víctor Campos y Rafael Betoret, y a pagar sendas multas de 41.500 euros y que también devuelvan las prendas regaladas. Según la Fiscalía, las presuntamente recibidas por Francisco Camps se valoran en 14.021 euros y en 7.325 las de Ricardo Costa.
Hace un par de años, cuando la opinión pública empezó a saber que los mencionados señores podían haber recibido regalos a cambio de no se sabe bien que cosa o se prefiere no saberla aunque se intuye: la respuesta fue de negación absoluta. El tiempo ha venido a demostrar que no se dijo la verdad ni en sede parlamentaria. Dos de ellos reconocieron su error y los otros dos estuvieron a un paso de hacerlo. Sin embargo, Francisco Camps se vio forzado a dimitir de su cargo de President del Consell de la Generalitat Valenciana. Ahora, les espera el juicio. Gozan de la presunción de inocencia. Hay que esperar pero, curiosamente, los que no respeten este principio son los amigos de ambos que a pesar de ocupar responsabilidades jurídicas ya han declarado la inocencia de los mismos. Ni lo uno ni lo otro.
¡Por cierto! Si yo me considero inocente no dimito de ningún cargo aunque con ello arrastre a mi partido político a la ruina. Mi dignidad y mi honradez por encima de cualquier circunstancia. Estaremos atentos. Nuestra Constitución dice que todos los españoles somos iguales ante la Ley aunque existen razonadas dudas. A pesar de ello, seguimos confiando y respetando el equilibrio, sensatez, lucidez e independencia de la JUSTICIA.
Vicente Furió
chapeau!
Muchas gracias. Muy amable.
ADMINISTRADOR
Amigo Vicente, «dando en el clavo». Como tú dirías «¡Vaya tropa!»
Otra tropa es la de EMARSA, la de las «traductoras rumanas».
Un abrazo
Xavi, lo de la depuradora apesta. Hay que enfrentarse a la corrupción. Hay que denunciala. No nos debe importar el protagonista ni el color de su presunta ideología. Los corruptos no tienen creencias. Sólo ambición por enriquecerse. Son una lacra. Gracias, Xavi.